martes, 10 de junio de 2014

Un modelo de investigación-acción en la enseñanza de la química en bachillerato

Principales características del enfoque didáctico

Las principales características del modelo de investigación-acción, de acuerdo con Castro et al (s.f. p 75.) son las siguientes:

Ø  El estudiante es el protagonista de pequeñas investigaciones, lo cual permite la generación de nuevos conocimientos al investigador y a los grupos involucrados.
Ø  El modelo permite no solo la comprensión de los aspectos de la realidad existente, sino también en la identificación de las fuerzas sociales y las relaciones que están detrás de la experiencia del hombre. 
Ø  Se centra en la posibilidad de aplicar categorías científicas para la comprensión y mejoramiento de la organización, partiendo del trabajo colaborativo del alumnado.

El modelo de investigación-acción parte de tres procedimientos básicos:

Figura 1. Procedimiento a realizar en un modelo de investigación-acción.
Fuente: Noelia Méndez Quesada


Cambios o innovaciones que se proponen

Los cambios que se proponen en el modelo de investigación-acción para la enseñanza de la química, según Bañas et al. (2011) consiste en que los estudiantes deben “tener más protagonismo y autonomía, partiendo de las ideas previas de los alumnos, fomentando la toma de decisiones de los alumnos respecto a cómo desarrollar las actividades y aplicando acciones que fomenten la evolución conceptual de las ideas alternativas de los alumnos (p. 335).

Por otra parte, este modelo busca desarrollar un trabajo de forma interdisciplinar, en donde los estudiantes puedan desempeñar sus investigaciones incluso con el apoyo de profesores de otras áreas diferentes a la química; por ejemplo, informática y tecnología.


En definitiva, el principal cambio que propone este modelo de enseñanza radica en que de una enseñanza centrada en el profesor, se pase a una enseñanza centrada en el estudiante. 

Posibles aplicaciones que pueda tener

Las aplicaciones del modelo de investigación acción en la enseñanza de la química sin duda son innumerables. Para Castro et al. (s.f. p. 76) pueden aplicarse en temas de actualidad y aplicación en el futuro por los alumnos tales como: “La química en la vitamina C” y “La química en la madera”, ya que además son contenidos sobre los cuales muchos estudiantes se sienten “familiarizados”. Otro tema puede ser el de la “Energía”, en donde como complemento suelen realizarse maquetas sobre la transformación de la energía. Igualmente sus aplicaciones no se quedan únicamente dentro de la química, pueden además utilizarse en otras ramas de las ciencias como la física y la química.

Aunque las ventajas de la aplicación de este modelo sean bastante significativas; su aplicabilidad en la enseñanza de educación secundaria no siempre es posible. Bañas et al. (2011) al respecto menciona que “aunque los profesores estén convencidos de las ventajas del modelo investigativo constructivista no pueden ponerlo en práctica si les faltan actividades y recursos concretos para el aula” (p. 336). Aunado a lo anterior, los mismos autores expresan que la organización de la clase en grupos de trabajo permite a los alumnos más interacción y participación, lo que hace que los profesores sientan pérdida del control y la disciplina; en conjunto con la presión de terminar los programas (Bañas et al. 2011. p. 336). 


Opinión
Personalmente esta estrategia didáctica representa una opción excelente si el docente tiene como objetivo formar seres humanos íntegros, capaces de resolver no solamente problemas de determinada materia, sino enfrentar todo aquello que su contexto demande. El partir de problemas y finalmente buscar solución a los mismos, sin duda aumentará las habilidades de los estudiantes; principalmente aquellas habilidades relacionadas con el análisis, la criticidad, creatividad, investigación, entre otros.

Es importante destacar que su aplicación no se limita únicamente en el área de la química, ni tan poco sólo en el nivel de bachillerato; por el contrario, su puesta en práctica debería ser responsabilidad de todos los docentes y preferiblemente desde edades tempranas para aumentar la eficiencia de esta estrategia con el pasar de los años.

No podemos olvidar, que aquí el protagonista es el estudiante y no el docente, por lo tanto cada una de las actividades que se realicen en el aula debe tener como objetivo que el estudiante aprenda a aprender. 

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